Mpodi
"Y es oficial, el Proyecto 156 ha sido aprobado por una aplastante mayoría en la Asamblea Metropolitana de Tokyo.
Desafortunadamente el internet esta lleno de erróneas interpretaciones de la Ley, que varían desde “¡Van a prohibir el lolicon para siempre!” a “¡Van a prohibir TODO. PARA SIEMPRE. El anime y manga están ABSOLUTAMENTE MUERTOS! ¡NOOOOOOO!”. La realidad no es tan liviana como en el primer caso, ni tan catastrófica en el segundo.
En primer lugar, es necesario entender que esta “ley” es, más bien, una ordenanza municipal. Solo afecta al área de Tokyo y, más específicamente, a los productos vendidos en Tokyo. En segundo lugar, no es una prohibición, el contenido considerado “dañino para menores” podrá seguir siendo vendido, pero solo a adultos. Para la mayoría de nosotros, que obtenemos nuestro manga RAW por medios legales en internet, no es mayor problema.
Luego, hay un cierto rumor de que se considerara “Todo aquello que pueda dañar la psiquis de un niño” (O alguna otra redacción similar). He hecho todo lo posible para encontrar una fuente confiable (Es decir, no Sankaku Complex ni paginas que obtienen su información de Sankaku Complex) que respalde eso, pero lo más cercano que he encontrado es el contenido de la actual ley de Tokyo de control de contenido perjudicial a menores, que indicaba que cualquier contenido que pudiese estimular el crimen en menores sería considerado para adultos. Aclaro, esa disposición ya existe, en el actual reglamento de Tokyo, así que no habría motivo alguno por el cual ahora, de pronto, los estándares se vuelvan mucho más estrictos, considerando cualquier golpe como material para adultos, por ejemplo. Solo afecta relaciones sexuales o cuasi-sexuales que serían ilegales o entre parientes cercanos o grupos cuyo matrimonio no seria valido bajo ley japonesa.
Finalmente, el último error de concepción que se ha repetido constantemente es que será el Gobierno quien impondrá Multas u acciones judiciales en contra de las editoriales que no sigan su regulación. Esto, al parecer, solo ocurriría en casos en el que el material mostrado sea dañino al orden social (Y siempre ejemplifican, en paréntesis, con violación), en los demás casos el castigo será de un orden más bien social. Si una editorial es sorprendida 6 veces en un periodo de 12 meses con material “no apto para menores” a la venta serán denunciados a sus cuerpos regulatorios. Si en un periodo de 6 meses posterior a la denuncia la editorial publica más material dañino a menores, el Gobernador de Tokyo hará público el nombre de la editorial y material no apto, junto con comentarios asociados. Teóricamente, la vergüenza pública significaría que los distribuidores no continuaran vendiendo material de la editorial afectada.
Un efecto interesante de esto es que la prohibición esencialmente no afectara a las editoriales más grandes (Shueisha y Kodansha, principalmente). Ningun distribuidor en su sano juicio (Aunque, admito, estamos hablando de Japón, donde a veces el “sano juicio” occidental pierde todo vigor) dejaría de vender sus principales fuentes de dinero.
Ahora, viendo lo anterior no parece que la Ley 156 fuese particularmente terrible. Teóricamente, al menos, no debería afectar mucho manga ni anime, pero en cuanto uno comienza a analizar más a fondo que es lo que realmente podría ocurrir, se da cuenta que la realidad la Ley es muy perturbarte.
1. La naturaleza de la restricción es arbitraria: El argumento que se utilizo para aprobar la ley fue del orden de “¡Piensen en los niños!” y de algún modo inexplicable el manga y anime (Potencialmente videojuegos) son más peligrosos a los niños que el live-action o la literatura morbida.
2.Es imposible saber antes de la publicación si un manga es o no dañino: Esencialmente, la sanción se da una vez publicado el material. Esto fuerza a las editoriales a recibir humillación publica o ser increíblemente recatada en su contenido.
3. Traspasa aun más la responsabilidad de criar a los niños de los padres a terceros: Quienes me conocen, sea via twitter o por cualquiera de los distintos foros que visito sabrán que soy una persona -fuertemente- libertaria. Sin ánimos de volverme un filibustero, debo expresar mi aberración a una ley que solo conduce a disminuir la libertad artística de la gente y a (falsamente) disminuir la responsabilidad de los padres en la crianza de sus hijos.
4.Potencialmente esta ley podría significa un daño económico considerable: Suponiendo que no se pase una ley posterior aboliendo la Ley 156, y por algún motivo (“Honor” u algún otro concepto similar) los distribuidores de manga deciden dejar de vender ciertos mangas y los canales de televisión de mostrar cierto anime. Esto sería dejar a un montón de mangakas, asistentes, editores y animadores en la calle, además de la perdida en dinero que recibiría Japón mismo.
5.Es censura, dammit: Nuevamente, un poco de filibusterismo. La censura causa una disminución a las temáticas que se pueden tratar con seguridad y, además, es potencialmente inútil. “¿No podemos publicar material físico? ¡Vamos al internet!” “¿Regulan Internet? ¡Circulo ilegal underground de manga!”, etc.
6.La naturaleza de lo que no esta permitido es ambigua.
7.Debido al punto 6, la decisión de lo que es “dañino” es absolutamente arbitraria y esta en manos de un grupo de viejos que pueden, al final del día, censurar lo que no les guste y racionalizarlo como una violación a la ley.
En cuanto al anime, la situación es distinta. Voy a suponer que el sistema de “penalización” del anime es similar al de manga, con la diferencia de que en lugar de referirnos a “editoriales” será a “estudio” (Las leyes japonesas están llenas de provisiones que indica “El contenido de esta ley afecta a X de igual modo que a Y, con las diferencias pertinentes”, sin indicar cuales son las diferencias pertinentes. Es un ejemplo de pésima técnica legislativa). El anime “diurno” probablemente no se vera afectado, dado que es generalmente inocuo, y el negocio del anime nocturno es distinto.
Para quienes no estaban informados, las televisoras venden sus horarios nocturnos a los estudios de animación. Como básicamente nadie (Excepto otakus) ven televisión a la 1 de la mañana, apenas hay empresas que publicitan en ese horario, el cual bajo condiciones normales sería horario muerto. Ellas venden el horario directo a los estudios de animación o, de otra forma, el publico de la televisión nocturna no son los otakus, son los estudios. Ignorando cosas como “honor”, si deciden humillar a un estudio por algún anime que dan a las 2 AM, a la televisora finalmente no le importa, ya recibió el dinero que correspondía. Y en cuanto al estudio, los otaku probablemente no van a dejar de ver anime por ser “inmoral”, así que al final del día nadie pierde con eso.
Claro, todo lo anterior es pura especulación. El problema con el futuro es que este es, finalmente, impredecible.
Por otro lado, separado del hecho de que es perfectamente posible que la ley sea inutil, Naoto Kan ha señalado que la ley y el conflicto le parecen ridiculos, y nada podría evitar que la Dieta apruebe una ley que deje sin efecto la Ley 156.
Finalmente, me veo en la obligación de repetir lo señalado por Dan Kanemitsu, en cuanto a que es lo que puede hacer un extranjero contra esta ley . El deber de toda persona interesada en esto debe ser evitar los errores de concepción con la ley, sea en sus orígenes y sus efectos. No usar a Sankaku Complex o sitios similares como fuente valida de información es un buen comienzo, junto con desmentir las motivaciones detrás de la ley (No, no es por la incidencia de pedofilia), los errores de concepción sobre Japón (No, Japón no esta lleno de pedofilos ni violadores) o sobre los efectos de la ley (No prohíbe el loli, por ejemplo). De este modo al menos el debate será más razonable e inteligente, y si esto ayuda a mediano plazo a cambiar la opinión publica de Japón desde “Pais de Pedofilos y Violadores” a “Pais Extraño”, puede ayudar, al menos evitando dar justificaciones internacionales a medidas de censura más extremas aun."